San Cristóbal sobresale por su verde paisaje cubierto por la neblina y por sus magníficas construcciones virreinales de estilo barroco, plateresco y neoclásico, como la Catedral de San Cristóbal, iniciada en 1528; el Templo de San Nicolás, uno de los primeros de la ciudad, que en un principio fue de uso único para los indígenas; y el Templo y Ex Convento de Santo Domingo de Guzmán, de los edificios más bellos de la ciudad. Entre sus calles empedradas escucharás a los pobladores hablar lenguas autóctonas, podrás adquirir magníficas artesanías y degustarás sabrosos platillos típicos.